Redactado por Micaela Amaral
“…Modo de vida #lowcost, así me identifico y creo que todo aquel que viajó conmigo lo sabe y de seguro se lo “contagie”. Soy de las que busca el mejor precio del mercado, esa que recicla todo lo que se pueda y ahorra esas moneditas que estorban en los bolsillos.
Estando de viaje siempre, pero siempre, preferiré cocinar. (…) Sí, otra vez arroz (…), le respondía a un compañero de viaje cada vez que me veía en la cocina del hostel abriendo la lata de atún con una sonrisa de oreja a oreja. Mientras tanto, mi amiga servía la cerveza y yo pensaba; cómo no voy a estar feliz si caminamos todo el día y ahora tenemos una cena de reyes. Al menos para nosotras así era.
Si caminamos ese día, recorrimos toda la ciudad de San José, que por cierto es la capital de Costa Rica. En este país compartimos nuestra segunda experiencia internacional con Volate y un grupo de gente increíble. Ni hablar de la coordinadora que nos acompañó y ciertamente cuidó durante esos días. Bueno, también nos rezongo cuando era necesario; recuerdo aquel día que salimos en busca de una aventura y después de haber tomado un tren, un bus, de haber hecho dedo y perdernos de uno de nuestros amigos, aparecimos en el hostel como dos locatarias felices de la vida. Claramente no nos dimos cuenta que habíamos preocupado un poco a los demás, pero nos quedó la experiencia.
Pero volvamos a Costa Rica, un país tan rico de naturaleza, de animales y gente amable, nos entregó atardeceres de ensueños. Me enseñó a no tener miedo, o por lo menos a enfrentarlos; me enseñó a ser amable y a sonreírle a la vida, porque el Caribe es eso, sonreír sin tener un motivo, sin saber qué pasará después.
Costa Rica me vio armar y desarmar la mochila, tantas veces como los kilómetros recorridos; me vio pasear envases de botellas, paquetes abiertos de arroz, pan y quien sabe qué más. Esto es parte de la filosofía #lowcost!
Las compañeras de viaje se reían al verme cargada y me preguntaba qué hacía con todo eso. (…) Me los llevo a la otra ciudad (…) les respondía, pues siempre hay que estar preparada, porque una cervecita fría siempre, pero siempre, tiene su lugar.
En fin, con poco hacíamos mucho y así fueron esos días en Costa Rica, donde asombrosamente y con el paso de los días, varias se sumaron a ese arroz con atún a la hora de la cena.
Durante esos quince días, mi amiga, mi mochila y yo, gozamos de la vida. Claro que ya todo estaba organizado por mis amigos de Volate, asi que a nosotras solo nos quedaba disfrutar cada instante, cada segundo.
Si me preguntaran si elijo a Volate de nuevo, les respondería que sí. Hoy, mañana y siempre los recomiendo, y mucho. Ellos aman lo que hacen tanto como yo amo viajar, y creo que esa es la combinación perfecta.
Lo lindo de viajar en grupo es que conoces mucha gente, y algunas siguen siendo amigas de viaje y otras pasan a ser compañeras de vida. En esta oportunidad tuve la suerte de viajar con las mejores, que hoy y siempre serán mis amigas.
Hoy son dos países, y muchos lugares de Uruguay que conocí en estos viajes en grupo.
¿Y saben qué es lo mejor?. Aún a mi lista le faltan tachar varios lugares más, así que esto recién empieza.”
Por Micaela Amaral